martes, 9 de octubre de 2007

Visitante No. 038

Me acuerdo de ir al Monte María desde que tengo memoria. Siempre me he sentido parte especial del colegio porque toda mi familia ha pasado por ahí, y porque mi mamá está desde que lo fundaron y nunca se ha ido. Además, considero que me he hecho mi espacio a través de los años, y que la gente me conoce no sólo por ser hija de mi mama. Puede sonar un poco pretencioso, pero creo que tengo derecho de reconocer que no he pasado en blanco mi vida por el colegio.
Ayer tenía que ir al colegio para revisar el discurso de la graduación (uno de los muchos, que me tocó a mí). Me pasé hora y media atascada en la Aguilar Batres, con miedo de que el morado (el carro) fuera a irse flotando con las correntadas de agua, y muriéndome de frío con el aire acondicionado para que los vidrios no se empañaran, pero no desistí y al fin llegué al colegio. Me parqueé en el estacionamiento de afuera, y al llegar a la garita, me topo con que el señor de mantenimiento tiene que llamar para pedir autorización para que yo entre. Primero creí que no me conocía, porque he estado dejando el carro afuera y entrando por la misma puerta durante las últimas semanas. Cuál fue mi sorpresa cuando me dijo mi nombre, y me preguntó si iba a diversificado. Le dije que no, que iba con Rosa Beatriz. Le dije: soy alumna. Me dijo: ahorita voy a llamar. Y llamó. Y me dio un gafete que decía "visitante No. ???".
Tenía ganas de romper el gafete porque, primero que todo, no nos hemos graduado, y según tengo entendido todavía pagué mensualidad de octubre, así que legalmente estoy en todo el derecho de sentirme parte del colegio. A parte está el lado sentimental del asunto. Hacía unos cuantos días había estado comentando con mi mamá que el colegio era como mi segunda casa. Me encantan las construcciones y los jardines, y me lo conozco casi todo porque me pasaba vagando cuando esperaba a mi mamá en las tardes. Además conozco a casi todo el mundo que trabaja ahí, desde que soy chiquita.
Me cayó super mal... Pocas veces me había sentido tan indignada, aunque ya sé que es una cosa pequeña y no tiene mucha relevancia. Pero de todas formas, es como si el colegio me hubiera traicionado o algo así. Son las reglas de seguridad, que han cumplido su función, pero han venido a aumentar (o evidenciar) la burocracia horrible que se vive en el colegio. Tal vez el señor me hubiera dejado entrar sólo así, pero como tienen la orden de llamar por cada mico que se asome, entonces no le quedaba de otra. Es lo mismo para todo. Cada pie que uno mueve ahí tiene que ser con autorización.
En fin... espero que no pase otra vez, por lo menos este año. Porque igual voy a estar llegando todo noviembre para trabajar en el curso de vacaciones. En los años que vengan será otra historia, pero mientras no me hayan dado mi diploma de bachiller no voy a aceptar que me traten de visitante, ni que pidan autorización para dejarme entrar.
Voy a tratar de subir la foto donde salgo con mi carnet de visitante.

4 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Holaa Marce...Cómo siento la situación de "Visitante No. 038" Hay veces que, uno se queda atónito de cómo resultan las cosas, al final de tanto esfuerzo, dedicación, atención, trabajo, apoyo, respeto, admiración, etc.
Loimportante acá, es que usted para nada deje que lo sucedido, que camina sobre lo ridículo, le entorpezca toda la alegría y emoción de los días antes y después de la graduación.
Como me dijo, "hay que tomarlo como algo de qué escribir"...
Se cuida! XDD

Elena Román dijo...

marcel comparto tu sentimiento, pero ni modo es parte de la vida... y creo que es mejor recordarnos de nuestra vida escolar, que de las cosas rídiculas del final; ademas creo que te debes sentir satisfecha de haber logrado un espacio importante por Marcela Colom, que por ser hija de tu mamá.

Marce dijo...

Gracias por los comentarios. Me tranquilicé después de un tiempo, porque en ese momento estaba como la gran pero se me pasó. Y como dicen, lo que importa es todo lo demás.
Gracias!!!

ale dijo...

Hmmm...por qué me suena conocida la historia...Siento que te haya tocado pasar por la experiencia cuando todavía ni tenés tu diploma. Yo al menos viví la fantasía por unos meses. En fin, se pasa, como bien sabés, porque ahora añoro el colegio y hasta con nostalgia recuerdo la burocracia (mentira, mentira).

Hay que tomar distancia para poder volver.

Tengo que confesar que toda esta historia de que te graduás todavía no me la trago, más creo que voy a una clausura de prepa donde tú y tus compinches "hacen" como que se gradúan. ¿Y si te disfrazás ese día de león?