jueves, 2 de agosto de 2007

Destinos encontrados


Cuando iba a ver jugar basketball a mi hermano al gimnasio de la UP, nunca me imaginé que unos 12 o 13 años después regresaría para actuar en el escenario que está a unos cuantos metros de las canchas. De esos días deportivos recuerdo a los papás de los amigos de mi hermano, siempre apoyándolos, las peleas con los árbitros y especialmente a un entrenador del equipo enemigo que se llamaba Omar u Homero...


El martes tuvimos en la UP el ensayo general con público, que salió tan bien que hasta trabajo consiguieron mis compañeros. Mi mamá me acompañó, como siempre, y se hizo amiga del director del teatro (que raro). Resultó que tenían una amiga en común, y el señor Molina le contó a mi mamá la historia del teatro. También aprendimos que el edificio fue construido como una escuela tipo federación, de las que hizo Juan José Arévalo.

Hoy salió en el periódico un artículo sobre la obra, con todo y foto. Unas páginas antes (en la sección más seria), aparece una noticia sobre una hidroeléctrica en el que no faltó el acertado comentario de Carlos Eduardo. Así que en menos de una semana parece que el círculo se cierra, o se junta, o el tiempo se repite: me encontré a mi hermano a mi edad, jugando basket, mientras yo actuaba; y despuesito me lo topo en la Prensa Libre, ya todo un señor, y yo toda una actriz.


AAA Sí... te gané Kikko porque tu foto no sale y la mía sí :).

1 comentario:

ale dijo...

Me fascinó tu entrada chiquitía. Escuché tu voz re bien. Me dio no sé qué recordar los años de basquet del enano y pensarte ahí en la UP toda grande de 17. De hecho, me alegro mucho que alguien de la familia haya logrado finalmente actuar allá, porque en 1985, cuando yo quería seguir en teatro, la UP era la única alternativa y los papás no dejaron porque todavía era algo peligroso ser artista.